miércoles, 24 de octubre de 2018

Soñar lo imposible: El Hombre de la Mancha

Hace dos años presencié en el Aula Magna de la UCV la adaptación que Djamil Jassir realizó sobre el musical "El hombre de la Mancha". De esta experiencia, vuelvo a escribir casi que repitiéndome, al escuchar en la radio que nuevamente estará en los escenarios la versión criolla de la obra original de Dale Wasserman. Lo primero que viene a mi mente, es que faltará uno de sus grandes actores, Cayito Aponte, pero no por eso, el mensaje, la coreografía, el guión y el entusiasmo dejará de brillar. Por el contrario, vienen a traer nuevas esperanzas.

Djamil Jassir, su director, soñó lo imposible. A sus 45 años, decidió incursionar en las tablas, y no con cualquier obra teatral. La epifanía se hizo posible cuando presenció el más famoso musical de Broadway en Buenos Aires, e inmediatamente buscó los derechos para montar la obra en nuestro país


Se tardó casi dos años en buscar actores, adaptar el guión, encontrar el equipo que lo acompañaría con el escenario, los músicos en escena, y justamente al cumplirse los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes (1547-1616), asumió el rol del escritor y el del personaje principal Alonso Quijano, para atrapar al público en las horas que nadie quiere que se terminen.


El elenco se mantiene unido, Dora Mazzone como Aldonza (Dulcinea), Juan C. Gardie (Sancho Panza), Rodolfo Drago (Capitan), el barítono Gaspar Colón asume el rol del Gobernador en lugar de Cayito Aponte, Tabia Sarabia (Posadera), Aroldo Betancourt (duque), por citar a algunos.

Se espera que el aforo naranja del Teatro Chacao se llene el próximo viernes a las 7:00 pm, y sábado y domingo, a las 4:00 de la tarde. Se los aseguro, yo no me lo perdería si tuviera la oportunidad de ir. 

No sólo se trata del guión, de la actuación, de la instrumentación y las voces lo que hace de "El Hombre de la Mancha" una pieza digna de ser vista. También cuenta con una escenografía muy bien lograda, y el uso de la iluminación como elemento narrativo y ambientación de circunstancias y emociones. Esté preparado para reír y llorar.

Sinopsis

Miguel de Cervantes y su criado son detenidos acusados de ofender a la Iglesia. Sus compañeros de prisión pretender quitarle su baúl, e improvisan un juicio para despojarlo de sus pertenencias. Lo único que Cervantes está negado a entregar es el manuscrito inconcluso de su última novela “Don Quijote de la Mancha”. A cambio, les ofrece improvisar con los presidiarios una obra de teatro que interprete su historia...

"La dirección coreográfica está a cargo de la talentosa Luz Urdaneta, fundadora de la compañía Danza Hoy, en compañía de Marilú Garcia a cargo de la coreografía del remontaje de esta nueva temporada, en la Dirección Artística Iraida Tapias; el vestuario diseñado por Ritha Abreu y Joaquín Hernández; la escenografía, concebida como un actor más del montaje, fue creada y confeccionada por el experimentado Freddy Belisario, escenógrafo de montajes internacionales en New York, Italia y México, de la mano del afamado grupo Rajatabla, de Carlos Giménez, y la Compañía Nacional de Teatro.

"La iluminación es creación del también Premio Municipal de Teatro José Jiménez. El acompañamiento musical de la Orquesta Gran Mariscal de Ayacucho, con la magistral dirección de la venezolana Elisa Vegas, todos bajo la producción general de Carlos Scoffio.

“El hombre de La Mancha”, original de Dale Wasserman (libro), Mitch Leigh (música) y Joe Darion (letras), se estrenó en Nueva York el 22 de noviembre de 1965, con un reparto encabezado por Richard Kiley, Joan Diener e Irving Jacobson. La producción tuvo un éxito extraordinario, y estuvo en cartel cerca de seis años, con un total de 2.328 representaciones.

"El tema más conocido del musical es “El sueño imposible”, himno interpretado por decenas de cantantes, entre ellos Frank Sinatra, Elvis Presley, Plácido Domingo, Jacques Brel (quien protagonizó la versión francesa del musical), Tom Jones, Shirley Bassey, Maria Bethania y Rolando Villazón. En 1972, Arthur Hiller dirigió la versión cinematográfica, protagonizada por Peter O’Toole, Sophia Loren y James Coco".
Tomado de Ticketmundo

¿Usted ya la vio? deje sus comentarios.

sábado, 20 de octubre de 2018

Misivas secretas viajan a Venezuela

La instalación "Secreto", ubicada en la Organización Nelson Garrido, en Las Acacias, tuvo que levantarse de la terraza, cuando la brisa comenzó a desprender las cartas que caían al suelo presurosas. Otras volaban más lejos y estaba el riesgo de que se perdieran. Algunos sobres parecían derretidos en la humedad...

Pero los secretos siguen congelados dentro.

Secretos en inglés, en español, en chino, en árabe, porque son las cartas selladas de voluntarios en distintas partes del mundo, que tienen el coraje de desprenderse de una gran verdad que hasta el momento ha existido sólo para sí mismos.

María Luisa Portuondo Vila, está viajando desde hace dos años recolectando los mensajes que no tienen un destinatario definido. Aspira alcanzar más de 3.000 secretos y en promedio acumula 100 en cada viaje. Ella estima que lleva la mitad de la meta. La verdad que allí subyace, si algún curioso quiere conocerla, requiere del compromiso de develar un propio secreto. Es una experiencia de liberación colectiva.

Desde el viernes ha estado en Caracas y parte el lunes a Colombia (Cali),  irá también a Brasil (Sao Paulo) y a Argentina.          
 
Portuondo es una artista chilena, cuyo resorte de inspiración saltó justamente de descubrir un secreto familiar vinculado con su padre. Lo que a ella más le impactó no fue conocerlo, sino saber que había algo que a él lo atormentaba y que no había podido compartir con sus seres más cercanos. "Al principio el proyecto era algo anecdótico, luego lo fui elaborando como pensamiento estético. La hoja con la que te enfrentas es como un espejo de ti misma y la gente no olvida que contó ese secreto. Además, está el acto de escribir de puño y letra en esa carta, algo que se ha perdido actualmente, y que si te equivocas, allí queda el error. Pienso que lo que la gente entrega es lo más íntimo que tienen...".

Diez años le tomó madurar la idea que ha estado en españa (Barcelona), Italia, Estados Unidos, Londres, Austria, Korea del Sur, China, Alemania, Albania, España, Rusia, y en Vietnam no pudo llevar adelante su proyecto, porque se lo prohibieron. Y ahora regresa a sus raíces latinoamericanas, luego de pasar por Bolivia, Colombia (Medellín), Perú  y también aspira incluir a los países africanos y de Asia, para abarcar todos los continentes.

Los secretos vuelan y a la vez quedan en el anonimato.  Curiosamente, no es hábito de Portuondo leer el contenido de este equipaje artístico. "Es una información que no quiero retener, porque es una carga muy pesada". Sin embargo, este proyecto aspira ser en un futuro un libro con un estudio antropológico y sociológico, que estará a disposición en internet.

Estará abierto en la ONG este domingo, de 11 a 4 de la tarde, para aquellos que quieran participar. La dirección es: Avenida María Teresa Toro de las Acacias, entre calles Cuba y Centroamérica.

(Más fotos en instagram @ingervpr)





viernes, 19 de octubre de 2018

El desgarre de la incertidumbre


Quedan dos días para que clausure la exposición "...", del fotógrafo Juan Toro en la Galería Tresy3 en Las Mercedes. Aunque esta nota va a narrar lo que ocurrió el día de la inauguración:

La exposición apenas abría en este momento (fotos Elvira Prieto)
Abren la puerta. El acceso se hace por grupos pequeños. Tuve el privilegio de ser una de las primeras en entrar. Lo que está a la vista no es más importante que lo que está oculto en la paredes.  Una palabra: ceguera. Pensaba que así se llamaba.  Su verdadero nombre, ya está dicho en la primera línea. Es el silencio la voz de la incertidumbre, es la pausa el verdadero golpe al estómago.
Quien conoce la obra de Juan Toro sabe muy bien por dónde va su discurso. Pero esta experiencia es nueva y aturde. Son sus fotos forradas en negro. Negro plastificado, como bolsas de basura, negro como el manto que oculta la muerte en la morgue. No es una muestra fotográfica,  es una representación artística basada en la fotografía. 

Lo apenas visible son desenlaces de hechos violentos, el dolor de los deudos, la cicatriz post autopsia. Son 10 años transitando el mundo de la violencia. Las grietas, las aberturas del envoltorio, suponen que el espectador trate de correr el velo, apenas un poco más, para entender lo que está oculto. "Fue una decisión compleja mostrar a través del ocultamiento", comenta Juan.

Pero la exposición adquirió un inesperado formato de performance.

Sabía el fotógrafo que su discurso generaba más preguntas que respuestas. Y la incertidumbre actúa con el efecto espejo de lo que está escondido. Alguien prefiere no limitarse a correr los pliegues abiertos, sino que rasga un poco más. Como una reacción en cadena, aparecen otros voluntarios ya no para abrir sino romper el plástico y develar  lo oculto.

“Es curioso que la gente mientras más le escondas lo que no quiere ver, más insista en querer mirarlo”, comenta Juan Toro, observador pasivo y silente del comportamiento del público, en esa noche de inauguración. Aunque no impidió la respuesta del público, había asombro en la situación.

Julio Seijas, asistente de la Galería y  a quien le correspondió el esfuerzo de desmontar dos veces las piezas -y tres en reubicar- para lograr la visión adecuada, comenta que él se sintió irrespetado, violentado en su trabajo por un público que además conoce bien, pero que era otro ante la negritud de las imágenes. En lo particular, tuve la evocación del final de la novela del escritor alemán Patrick Süskind, El Perfume. Cuando la gente es atraída por la fragancia de las mujeres asesinadas.

Hacer este trabajo era un riesgo. Sabía el autor que estaba abriendo una puerta diferente sobre la forma de mirar la violencia. "Cuando la violencia es atacada frontalmente, genera más violencia". También escuchó alguna vez que la violencia hay que organizarla para poder entenderla. "Había que mirar desde otra perspectiva y el manto negro las descontextualiza, las fragmenta y las vuelve a reconstruir".

Una joven de 17 años que asiste a una charla posterior, semanas después, explica sus razones para romper, justamente, una de las obras que había permanecido intacta. "Creo que vivo en un país donde nos censuran absolutamente todo. Uno no tiene el poder de quitar la censura que ponen los medios, las redes sociales, pero llegar a ese punto donde el artista censura (a mi me molestó, acota una compañera)... No, el artista te da el poder para que tu apartes la censura y veas hasta donde puedas, hasta donde aguantas tanta violencia, tanta información. En aquél momento sentí la necesidad de ver más y no me gusta que me censuren, no me gusta que las personas me digan hasta dónde tengo que llegar".

Curiosamente, fue la  primera vez que el público permanece en sala, durante una muestra de Juan Toro. La curiosidad los convierte en parte del desgarramiento.

Al final, no queda otra que coser la nueva cicatriz en las obras. Tratar de poner las piezas en su ocultamiento original, con tirros negros. La exposición ya no es la misma, aunque se trate de volver a la ceguera inicial, la denuncia de la estadística que nadie sabe reconocer, el número que es incertidumbre, el hecho que no tiene descripción.

Este domingo clausura la muestra. Estará abierta de 11 de la mañana a 4 de la tarde. ¿Mirará el público el hecho artístico con las manos cruzadas a sus espaldas? 

El texto de sala, a la medida (fotos de Elvira Prieto).