martes, 27 de noviembre de 2018

El trazo del verso en la piel


Presentación en El Buscón (foto IP)
El verso de un poeta puede pasar desapercibido, o puede dejar sin aliento, si es que esa línea tiene o no sentido en la vida de quien lo lee. De esta manera, la poesía toca unas teclas que suenan sólo bajo la empatía, y es como si escarbara en alguna raíz que se despierta en el individuo que lee. Por eso, los lugares lejanos y extraños se vuelven tan cercanos e íntimos. Si no se hace la adherencia a evocaciones propias, las historias dejarían de tener sentido. Así ocurre con “Tatuajes criminales rusos”, el poemario que Fedosy Santaella viene a presentar (bajo el sello Oscar Todtmann Editores, 2018) este miércoles 28 de noviembre en Venezuela, en el marco de la Feria del Libro del Oeste, en la UCAB, a las 10:00 am, y luego a las 5:30 pm en El Buscón.  

Esta condena tatuada, puede ser el purgatorio de cualquiera. La madre ronda de muchas maneras, y como madre me interpreto. Sacude los recuerdos cuando se trata de competir en el afecto con un gato, la muerte también puede anhelarse como el amor de una madre. Si la madre rescata la vida inocente, la muerte es inocente de tomar el destino final. Madre y muerte sentencian como gemelas.

Fedosy Santaella (foto IP)
Los poemas se quedan rondando en mi memoria con nuevos versos, como un diálogo. Y no se trata de continuar algo, sino más bien de hurgar historias, propias y ajenas. Se tienden puentes de muchas maneras. Entre aquellos criminales rusos que hablan desde la curiosidad del poeta; entre las palabras que dibujan los tatuajes, el surrealismo no está en la destreza del dibujante sino en la forma de ver y decir. Porque un trazo en la piel es también un poema, aunque hable de triunfos en las fechorías. La nieve y el mar también hacen puentes. Atrapada en gélidas geografías aún hay espacio para la furia tropical, y sólo así se entiende la sensación de agonía. La cárcel no sólo existe entre barrotes, y el deseo de una fuga, ansiar la libertad, también crea metáforas a la medida. Un odio que se entrega envuelto en la palabra amor…


Con el poeta Alfredo Chacón
Historias imaginadas sobre la base de hechos concretos. Fedosy buscó una conexión con sus raíces rusas, pero también tuvo un descubrimiento en internet. No sé si todos los poemas están enlazados a la red que nos permite el mundo globalizado. Pero creo que el nudo central se encuentra en Mikhail Kovanev, poeta condenado por asesinato, quien diseñó sus propios tatuajes. Los versos de su biografía-poema me susurraron la necesidad de buscarlo a través de Google. Sólo ese nombre de la página 43 me llevó a navegar a un rumbo nuevo. Y allí estaba, observándome con una pose que bien podía ser una invitación de aquél que espera al poeta que también escribirá sobre él.  


Los poetas son condenados, algunas veces hasta a su silencio. Pero destacan los que se atreven a decir desde otras pieles lo que en sus vidas, reales o ficticias, quieren exorcizar.

Las poetas Gabriela Rosas (leyendo)
y Kira Kariakin (presentadora)
foto cortesía de Fedosy Santaella