domingo, 6 de diciembre de 2015

Ni con el pétalo de una rosa


Cuentan que el escritor español, Fernando Savater, quien es miembro del consejo editorial de Fundavag Ediciones, al llamarlo para saber su opinión sobre un libro en el que participaban 102 mujeres venezolanas, aunque el título se refiere a cien, exclamó al teléfono: Pero qué gilipollez me estáis preguntando,  ¡Publicadlo ya!

Y así, después de un poco más de tres años de esfuerzos para su recopilación y edición, la versión venezolana de ¡Basta! Cien Mujeres contra la violencia de género salió al mercado el pasado octubre. Desde entonces, las autoras y compiladoras Kira Kariakin, Violeta Rojo y Virginia Riquelme han mantenido una agenda permanente de charlas y presentaciones, todas a sala llena.

Delicado, pequeñito, pero que fuerza tiene.
El 7 de noviembre fue bautizada la obra en la Librería Kalathos, con palabras de Mercedes Muñoz, directora de la Asociación Venezolana para Educación Sexual Alternativa (Avesa). Previamente estuvo presente en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc), en Valencia, en la Librería El Buscón, con palabras de presentación de Leoncio Barrios; en la librería Lugar Común, con la participación de las escritoras Carmen Verde Arocha y Eleonora Requena, y más recientemente, en la Librería Alejandría II con Ana Teresa Torres y Gisela Kosak.

Esta iniciativa no es inédita en el mundo.  pasado mes de octubre se bautizEl primer libro ¡Basta! Cien Mujeres contra la violencia de género fue publicado en Chile, en el año 2007, por las escritoras Pía Barros,  Gabriela Aguilera, Patricia Hidalgo, Susana Sánchez, Silvia Guajardo y Ana Crivelli,. Le siguieron otras ediciones en Perú, Bolivia, Argentina, México y Colombia.

El libro venezolano, cuya primera invitación fue a recopilar microrrelatos, es un prisma que reúne narrativa, poesía, mini ensayos, y muchos testimoniales. Verdad y ficción, análisis y poesía, que con gran delicadeza y un estilo muy sutil, describen la violencia. Aquella que suele callarse y se evita mencionar, porque la vergüenza provoca el silencio.

Son ciento tres coautoras porque a pocos días de llevar el libro a la imprenta, otras voces quisieron incorporarse. Son venezolanas de distintas profesiones, con distintos estilos, que viven en distintas partes del país, y también en el exterior, que hurgaron en su propia experiencia, o en su intelecto, en su análisis o invención poética, para darle forma a la menos visibles de las agresiones contra el ser humano. Yo me alegro de estar entre ellas.

Fundavag ediciones (Fundación Rosa y Giuseppe Vagnoni) no dudó en incluir este título en su colección editorial, Y su concepción gráfica fue muy bien cuidada. El libro, con un diseño diminuto (de bolsillo) podría ser el emblema de todo aquello que unas sencillas páginas pueden encerrar. La carátula lleva el pétalo fracturado de una rosa,  imagen que se tomó de una serigrafía de Roberto Obregón llamada Dece (Disección de una rosa). La diagramación estuvo a cargo de Waleska Belisario y la coordinación de la edición le correspondió a Federico Prieto. En la corrección, Alberto Márquez.

La historia no termina en nuestras costas.  Ya en producción se encuentran las versiones de este libro en Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Paraguay y Francia.

Y como algunos caballeros se han sumado a opinar sobre este libro, aqui les dejo el enlace de una de esas reseñas, publicada en El Nacional, por Alberto Hernández

En mi caso, el texto que ofrecí para el libro fue sufriendo modificaciones a partir del taller de poesía con Igor Barreto. Me permito entonces, compartir la versión actual, porque no estoy publicando el que aparece en el libro. Ambas versiones son válidas.

Ligera de equipaje

No fue al amanecer.
Tampoco la noche escurrió sus pasos.
No hubo palabras, ni miradas.
Falló el encuentro a la hora insípida que enterró los torbellinos de ira.

Era el silencio un momento,
la sensación de batalla contra una enfermedad terminal.
La herida más profunda es la que esconde el alma.

Tomó su maleta, vacía de pasado.

Libre.
Como la nota de despedida que reposó en la cama:

“De tu dolor, ya me sacaste un tajo”.


Inger Pedreáñez


2 comentarios:

  1. El proyecto Basta! tiene registro de marca a nombre de Asterión Ediciones y nace en Santiago de Chile en 2007. Es creación de las escritoras chilenas Pía Barros, Gabriela Aguilera, Susana Sánchez, Ana Crivelli, Silvia Guajardo y Patricia Hidalgo. Son ellas quienes autorizan la réplica del proyecto en otros países, siempre a cargo de un equipo que respeta un protocolo establecido por las autoras y es así cómo se constituye la red femenina y solidaria de microrrelatos, en la que Venezuela es uno de los países participantes.

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  2. Muchas gracias por su comentario que complementa la información del cuarto párrafo de la nota. Además de que me permitió corregir la fecha de la primera iniciativa de un proyecto que trasciede fronteras y cuya motivación es clara

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