sábado, 2 de marzo de 2013

El sueño de Van Gogh por Japón



El cuadro de Vincent van Gogh (1853-1890),  La chambre de van Gogh à Arles, ubicado en el Museo de Orsay, en París, es una de las imágenes más reproducidas del artista en el mundo. Tanto como The bedroom, que forma parte de la colección del Instituto de Arte de Chicago, o su versión en miniatura, que puede ser apreciada en el Museo de Van Gogh, en Amsterdam.

Para los estudiosos de la obra de uno de los más dignos representantes del impresionismo europeo (y del expresionismo), esa afirmación puede resultar un lugar común. Pero para un mortal cualquiera como yo, descubrir que Van Gogh pintó su dormitorio en tres oportunidades por la simple coincidencia de haber comprado la misma postal en museos diferentes, puede resultar una revelación divertida. Las mejores lecciones se aprenden cuando es el mismo individuo quien las descubre.

Dos destinos turísticos y dos postales hablaron más que los libros de historia del arte. Al colocarlas juntas, se podría jugar aquél pasatiempo que invitaba a encontrar las diez diferencias en dibujos similares.

Los tres cuadros que pintó Vincent van Gogh están realizados prácticamente desde la misma perspectiva. Y puede ser que su relación con su espacio íntimo tenga que ver también con su estado anímico.

Refiere la página web del Museo de Orsay que en una de las tantas cartas que le escribió a su hermano Théo, Vincent busca expresar la tranquilidad, el descanso que le prescribían los médicos, resaltando la sencillez del dormitorio a través del simbolismo de los colores. <<Los muros lila pálido, el suelo de un rojo gastado y apagado, las sillas y la cama amarillo de cromo, las almohadas y la sábana verde limón muy pálido, la manta roja sangre, la mesa de aseo anaranjada, la palangana azul, la ventana verde", afirmando: "Había querido expresar un reposo absoluto mediante todos estos tonos diversos".
Mediante estos diferentes tonos, Van Gogh hace referencia a Japón, a sus crespones y a sus estampas. Se justifica de este modo: "Los Japoneses han vivido en interiores muy sencillos y que grandes artistas han vivido en este país."
Pese a que, para los japoneses, una habitación decorada con cuadros y muebles no parezca realmente sencilla, para Vincent es un dormitorio vacío con una cama de madera y dos sillas>>.

El óleo que se exhibe en el Museo de Amsterdam es el más antiguo, 1888 (The Bedroom). Una inundación del Ródano dañó la obra y entonces el artista, que para entonces se encontraba internado en el hospital de la ciudad, decidió volver a pintar su cuarto a instancias de Théo. Hay diferencias de luz, y entre los cuadros que decoran la habitación. Sobre esta segunda versión que se encuentra en Estados Unidos fue que el artista creó la miniatura que, junto con otras de sus obras, repitió para rendir homenaje a su familia. Este tercer cuadro es del año 1889, por lo que entre la primera versión y la última sólo se sucedió un año.

Su hermana Willemien fue la dueña de esta pieza, que posteriormente la adquirió el príncipe Kojiro Matsukata (1835-1924), quien además figura como fundador del Museo Nacional de Tokio. En 1959, tras el acuerdo de paz franco-japonés, la obra regresa al patrimonio francés.

Japón inspirador inspirado

Que el príncipe Matsukata haya adquirido ese cuadro de Van Gogh da pie a otra serie de asociaciones entre el artista y el país nipón.  Vincent sentía una fascinación por las estampas japonesas, el  ukiyo-e. El 15 de Julio de 1888, le escribió a Théo “Todas mis obras están basadas en algo del arte japonés”. Mientras vivió en Paris, el artista se dedicó a coleccionar  estas piezas  y en el museo de Amsterdam se exhiben cerca de 500 obras que fueron de su propiedad.  Eisen Keisai (1790-1848) y Hiroshige Utagawa (1797-1858) fueron dos de los artistas que Van Gogh admiró y trató de emular en sus propios cuadros. Decía el pintor que las estampas japonesas lo hacían sentir mucho más alegre y feliz.  Era una manera de viajar a ese mundo imaginario, lleno de colores y de paz, señala una página que hace referencia a la exposición "Van Gogh, sueño de Japón", que se presenta en la Pinacoteca de París hasta el 17 de marzo de este año (2013). 


Cuando Théo le anuncia a su hermano el nacimiento de su sobrino Vincent Willem, el 31 de Enero de 1890, el artista dibuja el óleo Almendro en Flor, claramente influenciado por la técnica japonesa. Las ramas floreadas sobre el azul turquesa representa para el artista el símbolo de la nueva vida. 




Esta relación cíclica entre Van Gogh y Japón viajó muchos años después al cine. Fue el director Akira Kurosawa, en su obra maestra “Los Sueños”, quien tiende nuevamente el puente de las artes para que un artista japonés que admira al maestro del impresionismo lo busque a través de sus cuadros y se adentre en ellos hasta lograr conversar con él. Curiosamente, la obra que resalta en el discurso cinematográfico es Trigal con cuervos, la última pintura de Van Gogh, màs orientada al expresionismo, totalmente contraria a los trazos finos y delicados de las pinceladas japonesas, y que demuestra el espíritu atormentado que estaba viviendo el artista por esos momentos. Kurosawa recrea en sus escenas los paisajes pintados por el artista, con una sutilidad onírica que nos hace sentir que somos nosotros mismos los que vivimos ese sueño.





(Cabe mencionar que incluí la obra Almendro en Flor, como un homenaje a mi hermana Marjory, quien recientemente adquirió un afiche con ese óleo, mientras que yo desde mi estudio observo otro árbol florido del mismo autor:  una postal de The pink peach tree)

Y aqui yo también puedo entrar en su obra, como Kurosawa...

 

2 comentarios:

  1. Inger, como admirador de Van Gogh y de la pintura japonesa esta nota me ha fascinado completamente. Nunca investigué las influencias y similitudes entre ambos, por eso considero que gracias a ti puedo ver con otros ojos el arte del gran maestro.
    Te felicito sinceramente por la elección del tema y por la claridad de tus palabras. Un placer leerte, como siempre.

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    1. Muchas gracias, Rolando. Siguen las coincidencias en las preferencias culturales y artísticas. Un abrazo.

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