Los hechos usuales pueden guardar
secretos maravillosos. A veces lo que parece ser previsible, resulta más profundo y
atrevido que una rutina vacua. Apenas un giro de las intenciones, una
complicidad o picardía, o incluso una cobardía cambian el curso del destino. Así son las historias de la
escritora y fotógrafa venezolana Alejandra Parejo, que en su brevedad establece
la contundencia del desenlace.
Generalmente sus cuentos incluyen a muy
pocos personajes. La relación de pareja, aunque sean sólo dos puede tener la
complejidad de toda la humanidad. Los personajes alternos son necesarios en las
pistas y ambientación de lo que sucede, y finalmente, el lector es uno más de
esos personajes que terminan por comprender que todo es posible aún en la
ficción, y más todavía en la realidad que vivimos cada día.
Alejandra Parejo tiene un sentido del humor
envidiable, que muchas veces refleja en sus historias. Y es por esa sencillez
en el lenguaje y la trama que el lector llega a preguntarse cuán de cierto hay en cada relato que ofrece a
sus lectores. ¿serán sus propias vivencias o la de sus amigos las que recrea o es la imaginación lo que le divierte? Realmente ni es necesario responder a esa pregunta. Ella los llamó “Cuentos para pasar el rato”, pero ese rato nunca
pasa, se queda en la interpretación, en la duda, en la escena recreada con
nuestra memoria cinematográfica.
El prólogo de su libro es del escritor
venezolano Gustavo Valle (Premio de la Crítica de Novela 2014), quien dice: “Alejandra
Parejo es una cazadora de imágenes y de pequeñas historias cotidianas. Su ojo y
su escritura suelen posarse sobre personajes que están como arrancados de un
evento en apariencia intrascendente, donde no hay ni un antes ni un después
sino la pura duración de un instante. Un instante decisivo, muchas veces
vertiginoso, marcado casi siempre por los temas que le son afines: las
relaciones de pareja, las traiciones, el amor ocasional, la soledad, y no pocas
veces la irrupción de un trágico desenlace o un elemento sorpresivo que otorga
una vuelta de tuerca al destino de los hombres y mujeres que retrata. Los
cuentos de Parejo son extremadamente concisos y en la brevedad está su marca de
fábrica. Una mínima extensión que funciona como la compactación de una estampa
o postal, o como los cuadros arrancados a una película de la cual poco sabemos
y poco sabremos en definitiva...”.
Foto: Alejandra Parejo |
Ciertamente, su narrativa guarda el estilo
perceptivo similar al de un fotógrafo que captura un momento. Sólo que sus
imágenes tienen un antes y un después en la escritura.
Siempre pensé que los relatos de Alejandra Parejo
eran la solución perfecta para distraerse en un subterráneo entre una estación
y otra. Pero no estaba en el submundo el lugar para tantas historias. Aspiraban a algo más y ahora son internautas a la disposición de los lectores de todo el mundo.
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