Cortesía Galería Tres y 3 |
Una sala dividida por una red blanca, unas fotos conectadas
por un hilo rojo, un marco que te muestra el vacío, el todo, el infinito y la
incógnita a la vez. El detalle de cada imagen, la ubicación, la ruptura entre lo que es, y lo que no es, o lo que puede ser. La contradicción como un proceso pensado de
manera racional. La intimidad como partícula
original de algo cuyo lenguaje está atado a las percepciones y subconsciente
del que observa. Aunque no hay
una sola respuesta, no hay una explicación que se alce con la verdad. Eso es lo
que confluye en la exposición fotográfica One and One is One, de María Teresa Hamon, en la
Galería Tres y 3.
-Evidentemente hay millones de lecturas, puedes ver que se
está enmarcando la nada y mientras allí es la nada, acá es el todo. El hilo
funciona como el tejido y es una especie de traducción del lenguaje
bidimensional de la fotografía al espacio.
Es una escala para el espectador, comenta la fotógrafa.
Viene con una formación como ingeniero civil y una maestría
en diseño de interiores, y desde sus estudios universitarios comenzó a explorar
la fotografía, bien en cursos, de manera autodidacta con tutoriales de internet
e incluso formando parte de la escuela de Roberto Mata y Avecofa. Quizás por
eso, las fotos son más que una imagen bidimensional ubicada en la pared, y se
abren a una lectura tan amplia como la de un caleidoscopio que se avalanza sobre el espacio.
- Hay contrastes en toda la exposición. Están presentes los opuestos, que
vistos en macro, son los opuestos de la búsqueda constante de la explicación,
de establecer procesos racionales frente a la obra, y los procesos intuitivos
que emergen cuando desaparecen las necesidades racionales. Son opuestos,
intuición-razón, entender-sentir que están presentes en las imágenes y se
trasladan al espacio… Yo me paro frente a esta fotografía y uno trata de
entender ¿qué es eso?... Es como una desesperación y luego cuando lo dejas ir,
te permites otros niveles de lectura que a lo mejor no están en tu mente y
permites abrir puertas para otros niveles
de conexión con la obra en general.
-¿Tratas de generar
una sensación en el espectador?
Fotos: Elvira Prieto |
"Tomar una fotografía es un proceso racional". |
Para ver toda la exposición, hay que entrar por puertas
diferentes, la sala está dividida, más no por eso está aislada, por el
contrario, se establecen las conexiones con el espacio y a la vez con el mundo
interior. Desde mi interpretación hay un maridaje entre lo abstracto y lo
figurativo, nuevamente una forma de ver los opuestos. Pero, ¿qué es lo que
predomina?
- Cuando hablamos de figurativo, claro, hay fotografías en
las que las formas son más evidentes; sin embargo, hay un nivel de abstracción
de esas imágenes desde el punto de vista de su descontextualización. De repente
ver un grupo de figurines que parecen niños,
pero que también parecen objetos pequeños de una maqueta de
arquitectura, en una masa blanca, ¿qué es eso? ¿es arena? ¿es una salina, es nieve?, ¿son
verdaderamente niños?… ¿Sabes? Y eso es lo que está presente en el trabajo.
- Y el espectador
puede pensar que lograste atrapar la imagen en el momento decisivo…
Foto: Elvira Prieto |
- Esa idea de que la fotografía es capturar un instante, el
momento decisivo, es algo que vale la pena pensarse un poquito mejor, porque
son muchas las variables que aparecen al momento de preguntarse qué tan
decisivo es. Es un momento racional y planificado, desde el momento que decides
salir con la cámara en la mano, a donde sea que vayas, ya estás siguiendo una
serie de pautas que son colocadas por tu ser racional, no por aquel que
solamente se permite sentir o percibir, entonces, sí, de nuevo es un conflicto.
Cuando estoy buscando la foto, estoy en un proceso de exploración, tratando de
entender yo misma lo que está ocurriendo frente a mis ojos.
- ¿Y qué te dice la
imagen?
Cada una tiene un contenido único, especial, quizás esa
búsqueda de lo onírico en todo lo que nos rodea. Pero en este trabajo en
específico, es esa necesidad de encontrar algo que sensibilice.
- Por lo intuitivo de
la serie, el carácter íntimo de cada imagen, he escuchado –como un cumplido- que
tu exposición es muy femenina. ¿Qué piensas de clasificar una obra por el
género? ¿Consideras que hay diferencias en la obra de un fotógrafo al de una
fotógrafa?
- Estaríamos entrando en el terreno de la diferenciación del
hombre de la mujer. No sólo en la fotografía sino en otra profesión. Yo creo
que si existe una diferencia biológica entre hombres y mujeres pero que no
necesariamente implica que el trabajo de uno y de otro individuo sea distinto
única y meramente por ser hombre o mujer. Existen hombres con visiones del
mundo muy femeninas y existen mujeres con visiones masculinas, nada de eso nos
define como individuos porque somos más complejos que eso.
Esta es la primera exposición de María Teresa Hamon, que
contó con la mediación curatorial de Melina Fernández Temes y Salvatore
Elefante, en colaboración con PHEED (organismo autónomo que opera internacionalmente
con el fin de promover la fotografía a través de propuestas educativas,
comisariado de exposiciones, conferencias, entre otros).
Este jueves 23 de julio, a las 7:00 pm habrá un encuentro
con la fotógrafa en la Galería Tres y 3 para conversar sobre su exposición. La
dirección: Calle California. Residencias Sonora. PB. Las Mercedes. La exposición estará abierta hasta el 30 de agosto de 2015.
Fotos: Elvira Prieto |