De cómo Clara volvió a asociar los apellidos Carreño y Steinway, siglo y medio después
Hace 150 años atrás, una venezolana de 9 años iniciaba su
carrera musical como pianista de fama internacional. Teresa Carreño, en una época
que subvaluaba la destreza e inteligencia femenina, se ganó los escenarios
europeos y de Estados Unidos por su talento. Realizó una presentación para
Abraham Lincoln en la Casa Blanca (1863), compartió con famosos compositores
como Franz Liszt, quien le propuso ser su maestro, pero el proyecto no cristalizó,
porque ella no contaba con los recursos para trasladarse a Roma.
Nueva Zelanda, Australia y África del Sur también fueron sus
destinos. Su consagración como pianista internacional llega con la aceptación
del exigente público alemán (1889) y por su desempeño como solista para la Orquesta
Filarmónica de Berlín. Fallece el 12 de junio de 1917, en los Estados Unidos.
Uno de los músicos y colega que llevó a cuestas el féretro para
rendir honores a la compositora y pianista, fue Charles Steinway.
Hace 160 años, el inmigrante alemán Henry E. Steinway fundaba en Manhattan, Nueva York, la compañía que vendría a revolucionar la
fabricación de pianos en el mundo, y que mantiene un sitial de honor entre los
pianistas internacionales: Steinway & Sons, con fábricas en Astoria, Nueva
York y Hamburgo. Es muy factible que uno de los hijos sea el mismo Charles amigo de
Teresa, de hecho, el empresario bautizó a uno de sus hijos con ese nombre.
O podría ser una simple casualidad.
Estos apellidos vuelven a encontrarse siglo y medio después
en Venezuela, luego de la tarea encomendada a otra pianista de nuestro país,
radicada en Londres, Clara Rodríguez, quien con orgullo cumplió su esfuerzo por
traer para la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño un piano Steinway
& Sons, que es definido por ella como “la joya de la corona”.
¿Cómo llegó hasta Clara la misión de buscar el piano? Por la
solicitud que le hiciera José Antonio Naranjo, Toñito, actual presidente de la Fundación
Compañía Nacional de Música (FCNM) y uno de los hermanos Naranjo que integra El Cuarteto, ejecutante
de la flauta en la agrupación que tiene 34 años difundiendo la música
venezolana, junto a Raúl y Miguel Delgado Estévez y Telésforo Naranjo. Clara inmediatamente aceptó la tarea, pues uno
de sus mayores sueños era poder tocar en Venezuela con un excelente piano, con
la calidad internacional que éste tiene.
Toñito y Clara también tienen un vínculo que hace de esta
historia una hermosa trama musical. En el año 2004, El Cuarteto realizó una
gira por Europa, y como Londres era uno de los destinos, le
solicitaron a la pianista compartir escenario en el Bolívar Hall. Con entradas
agotadas y más de 200 personas fuera de sala, les quedó el gusto a los
caballeros de volver a incluir a la dama en sus presentaciones. Un viaje de
Clara a Venezuela permite que en 2007 repitan la experiencia y dejen el
testimonio en un CD.
Pues Clara no sólo cumplió con su deseo de tocar en
Venezuela sino que vuelve a repetir el gusto de juntarse con estos maestros. El pasado 9 de agosto,
ella estreno el Steinway, ejecutando como primer tema de la noche A Teresita, un pequeño vals que nos dejó
de herencia Teresa Carreño, quien aún con
sus breves pasos por este país, y viviendo las vicisitudes ante una sociedad
que reprochaba su libertad como mujer, siempre mantuvo su venezolanidad y selló
los ritmos propios como el vals y el merengue en su estilo de compositora. El
tema se lo dedicó a una de sus hijas que fue bautizada con el mismo nombre.
Junto a El Cuarteto ejecutó Mañanita Pueblerina, de Inocente Carreño, Señor Jou, de Pablo Camacaro, El
Cumaco de San Juan, de Francisco Delfín Pacheco, Carmen Rosa
(inspirado en el personaje de Miguel Otero Silva, de Casas Muertas y Oficina
Nº1), pieza de Federico Ruíz, que ya anuncia ser grabada en un segundo CD, y El Diablo Suelto con El Alacrán, de
Heraclio Fernández /Ulises Acosta.
Imagen tomada de www.venezuelasinfonica.com |
Ayer la acompañó
también Guiomar Nárvaez, primero ambas solistas, luego en concierto a cuatro
manos. Y nada más ver la lista de 16 pianistas que se suman a la celebración es
reiterar nuestra admiración por tanto talento junto en un país: Carlos Pérez
Tabares, Jean Carlos Ochoa, Yohannazaret
De la Rosa, Ana Karina Álamo, Alba Acone, Marieva Dávila, Prisca Dávila, Pedro
Toro, Sadao Muraki, Carlos Urbaneja, Luisa Cabrelles (a quien le quedó
encomendada la afinación del piano, bajo la instrucción del técnico inglés
Peter Salisbury, quien vino al país especialmente para calibrar el instrumento
y darle el entrenamiento), Marianela Arocha, y el Dúo Sans-Palacios.
Y los pianistas que faltan por nombrar, si habláramos del piano venezolano que vibra en el exterior. Pero esa ya será
otra historia…
Referencia:
Hablé muy poco de la Joya de la Corona, la razón de este
texto: fabricado hace 30 años en Hamburgo. Proviene
del Royal Hall Festival de Londres, Inglaterra. "Tiene dos máquinas o
acciones, una original con teclas de marfil y otra construida especialmente
para Venezuela, con teclas de plástico, creado por el técnico inglés Peter
Salisbury”.